Perros y niños, una combinación perfecta


¿Y qué vas  a hacer con el perro cuando nazca el bebé?

Esta es la frase que más veces tuve que escuchar cuando hice público el embarazo. Sinceramente me parece lamentable que haya gente que se quite de encima a su perro, gato, pájaro o pez en cuanto amplian familia. Claro, es que suficiente responsabilidad es ya un bebé.

¿Cuando el bebé llore también lo vas a abandonar? Ah no, que eso es una barbaridad.

Hace cuatro años que Xena entró en nuestras vidas. Ella ha sido el mayor ansiolítico en épocas duras de trabajo. Ella nos hace compañia, nos pone su hocico encima cuando estamos tristes y salta como un conejo cuando está contenta.

En cuanto nos ve animados se va corriendo a por su peluche para jugar, aunque el resto del tiempo ni te enteras de que está (a no ser que te pongas a cocinar, ahí se convierte en tu sombra).

Aunque la perra no ha adoptado el papel de guardaespaldas con la niña, empiezan a interactuar bastante. Siempre con mil ojos puestos para que la #Dancingbaby no haga daño a Xena. Le enseñamos que con ella siempre besitos y caricias, la Xena es la más guapa y la reina de la casa. Qué difícil es que una persona sea tan pura y fiel como un perro. Ellos lo dan todo y a cambio, sólo necesitan que cubramos sus necesidades básicas y toneladas de cariño. Además de la parte emocional que aportan, los perros tienen otras «utilidades» cuando hay niños en casa y si quieres comprobarlo, prueba a poner un can junto a la trona del bebé durante el rato de la comida. Te aseguro que no da tiempo de que la comida se caiga al suelo. Se ponen en modo aspirador y no hay ONG que te culpe de desaprovechar comida.

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Hablando en serio, los perros juegan un papel importantísimo en el desarrollo inmunológico de los bebés. En los últimos años existe una tendencia a sobreproteger a los niños y hacerles vivir en un ambiente aséptico que flaco favor les hace a la hora de «ejercitar» sus defensas. Hay varios estudios y artículos que así lo demuestran, como por ejemplo éste y éste. 

Por supuesto no sólo les ayudan a fortalecer sus defensas sino que aprenden a convivir, proteger y cuidar de un «hermano» que vive en la misma casa. Aprenden responsabilidades y rutinas y además, son más sociables.

Yo siempre digo que la #Dancingbaby tiene unas defensas que ni el mismísimo Optimus Prime. En incontables ocasiones he amamantado a mi hija con mi perra tumbada a nuestro lado. Mirar a los ojos de tu propia hija alimentándose mientras sientes el calor y la respiración pausada y tranquila de tu perro es algo que no se puede describir. Es en esos momentos cuando pienso en que es una lástima que todavía hay gente que pregunta que qué vas a hacer con tu perro cuando nazca el bebé. Hay multitud de estudios y artículos que hablan sobre los beneficios de la lactancia materna. Aquí te pongo uno, pero con una búsqueda en google te puedes pegar buena parte de la tarde. Nosotros además contribuimos a desarrollar y fortalecer su microbiota intestinal con una alimentación libre de azúcares o añadidos químicos.

Pues mira, cuando nazca el bebé lo primero que voy a hacer va a ser presentárselo a su hermana de cuatro patas. Y después, disfrutar de la vida con mi familia. Así lo hicimos hace ya diez meses y mira, no ha salido tan mal. Y para muestra un botón 😉

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Alimentación complementaria, introducción de la comida sin lloros y disfrutando


Si algo me planteé durante el embarazo era cómo iba a ser la operación – alimentación complementaria. Como casi siempre, cuando llega el momento nada es tan tremendo como me lo había imaginado.
En el quinto cumplemes de la pequeña exploradora asistí a un curso sobre psiconeuroinmunología pediátrica y nutrición para saber cómo empezar al menos y el efecto que podían tener ciertos alimentos en la microbiota intestinal de los bebés. En casa seguimos una alimentación paleo no estricta y la niña no iba a ser menos. Primero lactancia materna exclusiva y después alimentos entre los que no se incluyen ni cereales ni azúcares ni alimentos procesados. Esto último es difícil cumplirlo a rajatabla, pero procuramos que lleven los menos aditivos posibles y que la mayoría de las cosas procedan de la agricultura ecológica.
También tenía claro que no quería pasar por cosas como pegarme una hora intentando que comiera, lloros, rabietas, “esta niña no me come”. Por eso, decidí que lo importante iba a ser la experimentación y disfrute con la comida.

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Voy a contar cómo lo he hecho yo por si puedo ser de ayuda a otras mamás.
Como la palabra bien lo indica, es alimentación complementaria. Por eso, el pecho siempre va primero y a demanda. Después, mientras nosotros estamos comiendo, a ella le ponemos la comida delante, casi siempre en trozo. Es ella la que lo coge, la que se lo mete en la boca, la que tiene la arcada si se ha metido un trozo demasiado grande… vamos, Baby Led Weaning. Esta metodología consiste en que los niños cogen y experimentan con la comida, se la meten en la boca, prueban sabores, texturas… Está claro que el objetivo (al menos durante los primeros meses) no es que coman el plato entero.
También le hemos dado purés ya que nos recomendaron que era beneficioso para los jugos gástricos y para ayudar a la maduración digestiva. Observamos sus heces para ver qué alimentos digiere y cuales no y los que aparecen enteros y del mismo color, se los retiramos del menú durante un tiempo.
Actualmente tiene diez meses y come estupendamente. Ni un lloro, tiene una pinta más que saludable (y apetecible). Eso sí, hay que limpiar bastante 🙂
¿Qué alimentos le hemos dado?
A los seis meses comenzamos con trozos de patata hervida y zanahoria. La zanahoria no la digería por lo que dejamos de dársela durante un tiempo. Utilizamos la Babycook que nos regalaron y a estas alturas está más que amortizada.  Cocina los alimentos al vapor por lo que conservan todos sus nutrientes y es fácil de limpiar.
A medida que pasa el tiempo hemos ido introduciendo otros alimentos hasta el punto en que hoy, con 10 meses, come el 90% de los alimentos que comemos nosotros, de nuestro plato y además, el mismo menú.  IMG_8015
Es importantísimo que coman lo mismo que nosotros en la medida de lo posible y a la misma hora. Creo que si interiorizan pronto (sin obligaciones) que ese momento es de compartir en familia y estar todos juntos, es muy beneficioso para ellos en lo que a relación familiar y rutinas se refiere.
A mi me gusta hablarle mucho, siempre le digo “ahora es puré” o “ahora va trozo”, porque hemos observado que si después de una cucharadita de puré le damos un trozo, se confunde y lo traga entero.
Atragantamientos
Cada vez que le damos de comer en público, todo son ojos super abiertos y exclamaciones del tipo “pero que se va a atragantar!” y ya está todo el mundo con el dedo estirado preparado para metérselo en la boca.
Hay muchas más posibilidades de que un bebé se atragante si es otra persona la que le mete la comida en la boca. Si son ellos los que cogen el trozo, se lo meten, lo sacan, lo chupan… tienen mucho más activado el reflejo de arcada por lo que sacarán sin problema un trozo que les está complicando la pitanza. En cuatro meses no hemos sufrido ni un solo atragantamiento cuando le hemos dado trozo. Por supuesto que pueden atragantarse, pero el riesgo es menor.
Dientes y maduración digestiva
Por más que he buscado, no he encontrado ningún artículo que relaciones la dentición con la maduración digestiva, aunque es algo que me han repetido en varias ocasiones. Los niños que no tienen dientes, no podrán comer carne con la facilidad que lo hace uno que sí los tiene, pero se las arreglarán para sacarle el jugo hasta dejarlo seco.
Si tenéis información al respecto estaré encantada de leerla!

Y para terminar… una imagen vale más que mil palabras 🙂